María Gómez Palacios

Durante el crecimiento de los niños siempre hay situaciones que se repiten una y otra vez en las familias, en relación con la salud dental.

Hablamos del periodo de tiempo en el que los dientes de leche comienzan a caerse pero no lo hacen del todo. Durante unos días se mueven, se van aflojando, están a punto de caer pero no terminan de hacerlo.

En ese momento siempre surge la duda entre las familias sobre qué es lo mejor para el niño: ¿quitar los dientes o dejar que se caigan por sí solos?

Como en muchas otras cuestiones relacionadas con la salud de los pequeños, no hay una única respuesta, ni es sencilla, puesto que depende mucho de la situación de cada niño. Lo que sí podemos hacer desde la clínica dental María Gómez Palacios de Cartaya (Huelva) es ofrecerte esta serie de recomendaciones que en todos los casos son las mismas para que puedas resolver sin traumas esta bonita época del crecimiento de los menores.

¿Por qué se aflojan los dientes?

Es una circunstancia muy curiosa que funciona de forma completamente diferente al resto de nuestro cuerpo.

Nuestros primeros dientes, los de leche, sufren un proceso de desprendimiento paulatino que van dejando paso a nuevas piezas dentales con las que conviviremos el resto de nuestra vida.

Este desprendimiento empieza a manifestarse en torno a los cinco años de edad, aunque como ocurre en muchas otras circunstancias no es una referencia exacta cuyo incumplimiento signifique que tenemos problemas. Existen muchísimos casos en los que esta renovación dental se retrasa o se adelanta, y no la causan posibles patologías. Simplemente cada cuerpo es diferente y los plazos cambian.

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Además, también se puede apreciar variabilidad en el tiempo que dura el proceso de desprendimiento. A veces la caída es inmediata y a veces se pueden alcanzar varios meses hasta que el diente acaba cayéndose. Mientras tanto se produce lo que llamamos coloquialmente dientes flojos, dientes que se mueven con cierta soltura y aparentemente sin motivo, pero que lo único que esconden es un bonito y saludable proceso de renovación natural.

Hemos dicho que la aparición de dientes flojos es un proceso natural que no tiene porqué significar la presencia de ninguna patología, pero no siempre es así.

Hay supuestos en los que esta circunstancia es señal inequívoca de problemas de desarrollo dental. La única forma que tenemos de salir de dudas es visitando una clínica dental para que un especialista de odontopediatría como los que tenemos en nuestra consulta dental de Cartaya revise la situación e identifique las causas.

En otras ocasiones también se presentan otra clase de patologías que impiden que el diente de leche caiga completamente sin la asistencia de un dentista.

Problemas que impiden que un diente de leche se caiga

Estas posibles situaciones son 3 concretamente:

  • Agenesia: es una complicación básicamente genética que significa la ausencia del diente definitivo que reemplace al de leche. El diente de leche no experimenta el ciclo de reabsorción de la raíz y, por tanto, no se cae. Se puede observar cierto movimiento en algunos casos, especialmente si los demás dientes se han desarrollado. Además, no es un escenario exclusivo de los menores, puede presentarse perfectamente entre adultos. Justo hace unos días tuvimos una paciente de El Rompido que presentaba esta patología.
  • Anquilosis: quiere decir que el diente de leche está unido al hueso. Con el desarrollo del resto de dientes puede presentar cierto aspecto de hundimiento. Esto no quiere decir que se mueva, pero sí que será necesario extraerlo con el tiempo y proceder a su sustitución.
  • Falta de espacio para el diente definitivo: es la causa más común después del desprendimiento natural. Muchas veces solo hay que esperar a que caigan otros dientes de leche, pero en otras ocasiones puede requerir la intervención del profesional para evitar apiñamiento u otros problemas en la mordida.

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¿Qué podemos hacer cuando se presentan dientes flojos?

Los problemas que hemos visto ya vienen acompañados por la recomendación de no extraer dientes que están flojos. No podemos saber con seguridad cuál es la verdadera causa de que un diente de leche se mueva, por mucho que sea probable que esté siguiendo un proceso natural de reemplazo.

Otro motivo por el que no se recomienda la extracción doméstica es porque suele realizarse con las manos, provocando en un elevado número de casos una situación de riesgo ante la exposición a bacterias, que terminan infectando la zona.

Para muchos niños también supone un trauma, por lo que está completamente desaconsejado forzar la situación o engañarlo. Que un diente de leche se caiga, en ningún momento debería implicar dolor alguno. El momento ideal es cuando se desprende con una ligera presión, que puede realizar el pequeño con su propia lengua sin sentir prácticamente nada.

Es más, retirar un diente flojo no debería venir acompañado ni siquiera de abundante sangre, esto sería señal de que el diente todavía está demasiado arraigado y es aconsejable seguir esperando más tiempo.

Sin duda, la mejor solución ante unos dientes flojos que tardan demasiado en desprenderse, es acudir a un dentista. Sólo una clínica dental, como la de María Gómez Palacios en Cartaya, cuenta con herramientas adecuadas y un equipo médico con experiencia y conocimiento para determinar en cada caso si es un momento adecuado para extraerlo y hacerlo de forma rápida, indolora y no traumática para el pequeño paciente, o simplemente hay que esperar un poco más.

Esperamos haber resuelto vuestras dudas sobre los dientes flojos, ¡nos vemos en la próxima!


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