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La ortodoncia invisible es un tratamiento médico seguro siempre que se realice de la mano de un dentista. El problema es el auge de empresas que venden los alineadores sin supervisión profesional, algo que comporta graves riesgos. 

Las manos de un dentista colocan unas férulas en la boca de un paciente

La ortodoncia con alineadores invisibles es un tratamiento médico que consiste en unas férulas transparentes que se le van cambiando al paciente cada cierto tiempo con el objetivo de generar movimientos concretos en los dientes. “Es mucho más cómodo que los brackets y, al ser transparentes, más estéticos”.

Se trata de un procedimiento que en los últimos años se ha puesto muy de moda. Su alta demanda es algo de lo que intentan sacar tajada empresas de venta online de estos productos, que, incluso, utilizan a influencers para promocionar estos servicios, prometiendo resultados “milagrosos” y con costes reducidos. 

“Surgen personas sin la formación adecuada que buscan una vía más comercial, omitiendo al profesional”, lamenta Castro, quien indica que este tratamiento debe ser realizado de la mano de un dentista colegiado. Sin embargo, en estos casos en los que no hay profesional, “el paciente hace de paciente y, al mismo tiempo, de dentista. Se toma los moldes él mismo y va enviando fotografías. En ningún caso hay un seguimiento por parte de un facultativo”, añade. “Es una impotencia porque, además, más de la mitad de los pacientes acaba en una clínica dental normal por los fracasos en este tipo de tratamientos”, subraya.

Asimismo, esta moda se está observando en numerosos ámbitos, no solo en el de los alineadores dentales. Por ejemplo, hay férulas de descarga para tratar el bruxismo que se venden en farmacias para que las personas se las adapten en sus casas con el riesgo y el posible daño que puede causar en la articulación.

Esta tendencia en auge, peligrosa para la salud bucodental, preocupa a los expertos. Por eso, para advertir y dar información a la población, el Consejo General de Dentistas y la FDE han lanzado una campaña en sus redes sociales en la que se muestra qué es lo que realmente debe hacer un paciente que quiera o necesite realizarse un tratamiento de ortodoncia invisible. 

Para ello, se ha grabado un spot que refleja todos los pasos necesarios para realizar de forma correcta un tratamiento de ortodoncia: la paciente pide cita en una clínica dental de confianza que le hace una revisión y las pruebas necesarias (radiografía, escáner, impresiones, etc.) para conseguir un diagnóstico correcto y establecer un plan de tratamiento acorde. A continuación, su dentista le explica todas las fases del tratamiento y le entrega los primeros alineadores, además de darle las indicaciones para obtener un óptimo resultado. 

El objetivo de esta acción es educar y concienciar a la población del procedimiento correcto que debe seguir un tratamiento de ortodoncia con alineadores. “Lo mismo que para una apendicitis se tiene que ir al hospital, para una ortodoncia hay que acudir a una clínica dental”, compara Castro, quien agrega que, desde el principio hasta el final, el paciente debe saber que, ante cualquier problema que tenga, puede acudir a un especialista que se lo pueda solucionar directamente. 

Riesgos de los alineadores invisibles sin supervisión

Implantarse los alineadores invisibles sin supervisión médica puede, en primer lugar, empeorar la ortodoncia, es decir, que los dientes no se muevan en la dirección que se está buscando. Por otra parte, “podemos encontrar que esa forma de hacer morder al paciente provoque que le trastoque la articulación temporomandibular (estructura que conecta la mandíbula al cráneo)”, informa Castro. No obstante, lo peor que puede ocurrir es la pérdida del diente debido a movimientos indeseados.

Por último, recuerda que las compañías de venta online de estos productos sanitarios delegan toda la responsabilidad del tratamiento en los propios pacientes.

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